La bitácora en línea de un simple mortal.
Entre el aprovisionamiento para los festejos navideños y las celebraciones devocionales existe en Guatemala, y otras partes, costumbres particularmente curiosas, unas traída desde el valle de México hace cuando menos cuatrocientos años y otras surgidas en estas tierras.
San Valentín es el patrón del amor (tanto del platónico como el ideal cortés), de las parejas comprometidas, los noviazgos formales, los matrimonios felices, los amantes (furtivos, platónicos y románticos), los saludos cordiales, los viajeros, la juventud y los apicultores. Asimismo, es el santo protector contra la epilepsia, la peste y el síncope o los desmayos.
No es común que la devoción popular se imponga de arriba hacia abajo. ¡Todo lo contrario! Ejemplos donde nobles, príncipes e incluso reyes hánse visto obligados, por razones de Estado, a no ignorar los afanes de la gente. De allí la expresión «Vox Populi, Vox Dei»
La niñez y adolescencia son etapas fundamentales para el desarrollo personal y las impresiones vitales durante esa etapa determinaran en gran medida la forma en que vemos el mundo. Leamos algo sobre «como entretenían la nigua» nuestros mayores y demás ancestros en sus vacaciones de fin de año.
Aunque suene raro, la Navidad en Guatemala no siempre ha sido «el Árbol...», «las ofertas de locura», «las Luces...», «los convivios» y «la canasta» ó los «Desfiles de carrozas.» ¿Qué hacían entonces nuestros mayores? Acompáñenme en esta serie de notas sobre la Pascua navideña «al buen chapín.»
Mi refugio interior. 
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